En esta ocasión no lo digo por las decenas de muertos por ajustes de cuentas entre grupos de narcos, aun que bien hubiera estado que las autoridades estuvieran investigando entre los cientos de Zombis si no se veía el Lazca, pero bueno esa es otra historia.
-"¡Al ataaaque!", gritó el hombre en medio de la quinta Marcha Zombi 2012, en plena avenida Vallarta.
-"Los humanos no comen zombis", respondieron molestos los no dead.
-"¡Soy necrófilo!", advirtió él y despegó de su panza la playera para enseñarles la leyenda: "soy necrófilo", "¿ya vieron?", insistió sin despegar la vista de la mujer, quien estaba parada a uno o dos metros, en tacones dominatrix, con la cadera ladeada, su mano apoyada en la cintura, el pelo negro a un lado de sus senos de muerta viviente.
Los que caminaban a su alrededor empezaron a dudar, "a los necrófilos les gustan sólo los muertos", "pero somos medio muertos, somos muertos vivientes", "más bien somos no muertos", y así, no se sabe a qué llegó esta discusión... Tal vez resuelvan su duda en algún capítulo de sus series favoritas, como en ''The walking dead'', por ejemplo.
Ella siguió su camino acompañada de su novio, que la besaba frente a todos y la presumía como si tuviera en sus manos a la Cindy Crawford de los zombis. Ella, a la vez, lo miraba con ganas de cantarle la rola de Alaska y Dinarama, "mi novio es un zombi / intacto, pero podrido / sus ojos amarillos me hacen enloquecer / tiene algo ese chico y yo no, sé qué es ".
Como ellos, decenas de parejas de zombis amorosos (aunque es otro tema polémico, porque muchos fans aseguran que los no vivientes son tontos y no pueden querer ni tener sentimientos) se besaban y se embarraban unos con otros la miel maple pintada con jarabe de chocolate y colorante rojo con la que simulaban la sangre.
Rico, un adolescente que usó esta técnica para maquillarse -es la más barata, no más de 20 pesos se necesitan-, tiene la certeza de que los zombis comen puros vivos, pero a su novia, con ese embadurnado azucarado, "voy a terminar comiéndomela".
A la marcha, que cada vez convoca a más niños y familias completas, asistieron alrededor de seis mil personas, de acuerdo con los organizadores, aunque cuando salieron del Andador Escorza con rumbo a avenida Chapultepec, elementos de la Secretaría de Vialidad y Transporte informaron que había alrededor de 800.
Al contingente se incorporó hasta un "borrachito" al que le echaron en la frente pintura roja y que avanzaba jorobado, gimiendo, con las manos al frente y un caminado perfecto, adelante-adelante-atrás-aunlado-adelante-adelante-atrás-aunlado.
Los niños zombi iban al frente de la marcha y uno que otro se separaba para espantar a los vivos que los veían desde las banquetas, "buuu", "buuuu", "buuuu", gritaba uno de ellos que despertaba carcajadas y nada de terror en la gente.
Además, los zombis no son tan malos, no se matan entre ellos, explicó Víctor Hugo Rodríguez, director del Día del Zombie, uno de los impulsores de esta actividad en Guadalajara, quien lo ve como un espacio de catarsis.
Lo que sí, es que los Zombis son plurales: Freddy Krueger caminó junto a Alicia en el País de las Maravillas, su perro disfrazado del Conejo Blanco, porristas, practicantes de roller derby, embarazadas, porristas, personajes de Zelda o de Silent Hill, ninjas, payasos y cientos de individuos llenos de sesos, sangre, heridas, piel podrida...
En esta marcha Luis se convirtió en Mutante G: a su hombro le puso un ojo y su mano se hizo como una tenaza. En 2011 participó como sobreviviente, pero para este año decidió ahorrar dinero y disfrazarse de este personaje de Resident Evil.
Él es un especialista en zombis y advierte que de ellos hay que aprenderles su perseverancia.
-Todos aquí en el fondo tenemos pánico a una verdadera invasión zombi...
-¿En serio?
-Sí, pero como son muy tontos, es posible que puedas escapar.
Fuente: Alejandra Guillén
No hay comentarios:
Publicar un comentario